
F. C. del P. de N.
I
La pequeña estación de San Blas, del tren que venía de Granada, había quedado abandonada. Todo eso lo quitaron; sólo dejaron ahí una casita de techo de zinc sarroso y a un tal don Ramiro que había sido el último Agente de Estación y que se quedó viviendo allí.
El muchacho sobrino de don Ramiro había llegado a verlo; por ahí vivía cerca.
El muchacho dice que estaba adentro junto a don Ramiro comiendo en una mesita cuando por la pequeña reja de hierro de la ventana de la estación apareció la cara de un hombre que llamaba:
- ! Ehei..!
- Qués...- le contestó don Ramiro.
- Quiero que me venda un pasaje.
- ) Qué pasaje.. ?
El muchacho dice que el hombre tenía su cara pegada a la reja de la ventanilla y hablaba de ahí afuera, parado detrás de la repisa adonde había puesto unos pesos que sacó de la bolsa de su camisa
- Aquí traigo los 4 pesos del valor del pasaje
- …pero si aquí ya no hay tren- le explicó don Ramiro…
-…y, ) por qué…
- ya hace años que lo quitaron…) que no ve..?
- ¡Qué voy a ver..!
- …pues que por aquí ya no pasa el tren.
- ¡Cómo es eso que ya no pasa..!
- No; ya no pasa, pues...
- …y, entonces, ) qué pasa..?
- …pues no pasa nada -terminó diciéndole don Ramiro.
Don Ramiro se volvió a sentar a la mesa.
El muchacho dice que al fin el hombre se retiró de la ventanilla de rejas de la vieja estación y recogiendo en seguida los cuatro pesos que se había sacado de la camisa y que los había dejado encima de la repisa, se apartó y después se agachó a recoger del suelo una pequeña bolsa de lona que andaba.
El muchacho estaba afuera. El hombre se detuvo un poco.
- Aquí pues… ya no pasa nada.- le dijo al muchacho.
El muchacho sólo lo quedó viendo.
- )…pero vos no sos de por aquí; creo yo..?-
- No -le dijo el muchacho. - !
+++++++++++++++Ah!.. dale gracias a Dios -le dijo y se fue.
II
El Teléfono-
Iba entrando por la puerta de al lado de la Oficina en el momento que oyó sonar el teléfono. Se detuvo mientras la secretaria levantaba el escuchador y contestaba.
- Sí; aquí está ahorita -y le pasó el teléfono al hombre que cogió el aparato y habló,
- ¡Aló…Aló..!- repitió sin obtener respuesta
repitió…- ¡Aló…Aló..!-
Al otro lado de la línea se oyó otra voz.
- ) Es Carlos… ) Trajiste los documentos firmados?
- ) Qué documentos..?
- …pero…) por qué me preguntás eso..?
- Es que no sé..
- Oíme… por favor ponéme a Julia, la secretaria.
El hombre le pasó el teléfono a la secretaria; y la secretaria contestó.
- Sí, habla Julia..! Ah, no..! Sí, es cierto. Es que yo me equivoqué, como este señor también se llama Carlos, también. Él es el cobrador del club…
- Entonces…- dijo la otra voz- de todas maneras,
avisame vos cuando llegue Carlos, Carlos Aguirre,
que es el abogado que me lleva unos documentos- ) Me entendiste bien..?
- Sí; sí… pierda cuidado...y me disculpa..) oyó..?
La secretaria volvió a ver al otro que se había quedado parado junto al escritorio todavía extrañado por la equivocación de la llamada telefónica; pero la secretaria se lo explicó.
- Qué vaina, -dijo el hombre.
- No; no, -le dijo la secretaria riéndose del pequeño incidente.
- Es que… - iba a decir algo más el hombre.
- No; - le volvió decir la secretaria- quédese
usted tranquilo, porque ya está. No pasa nada -le dijo.
III
La Cajita…
- y ) para qué andás cargando esa cajita..?- le preguntó
la muchacha dependienta de la tienda al cliente que había llegado a comprar unos botones.
- Es que…- le explicó el cliente- aquí guardo todo
- ) Qué guardás..?
- Guardo reales, recibos, papeles..! Ah..! y guardo
mis llaves
- ) Cuáles llaves..?
- Las llaves donde guardo todas mis cosas.
- Enseñáme… a ver.
- El hombre abrió la cajita de madera.
- Ves… - le dijo
- Sí; me gusta. Y aquí en este compartimiento ) qué guardás..?
- Allí es donde guardo las llaves.
- …pero aquí no las andás ahora.
- Es que las ando en la bolsa.
- y por qué decís que las guardás en la cajita…
- Es que se me puede perder la cajita.
- Entonces…) cuándo es que las guardás en la cajita..?
- Cuando no las guardo en la bolsa.
- Bueno; pero si la guardás en la cajita y se diera el caso que perdés la cajita…
- …pues claro que pierdo las llaves...
- … y, )entonces..?
- por eso es que antes que se me pierda la cajita, las llaves las guardo en la bolsa..
- !Ahá..!, ahora comprendo, es que la cajita es para adorno, nada más; porque ahí no andás las llaves…
- Así es. Siempre yo ando las llaves en mi bolsa
porque si se me perdiera la cajita, yo siempre tengo las llaves y no pasa nada.
- Bueno…) vas a llevar los botones..?
- Dame de estos forrados.
- Son 11 pesos.
- Aquí están -dijo el cliente y salió.
- )…y quién era ese con el que estabas hablando
tanto..?- le preguntó la otra dependiente, cuando
vio salir al cliente.
- Ese era un loco -dijo la otra riéndose. - ...bueno; pero qué pasó al fin..
- Pues no pasó nada -le dijo la otra.
Fernando Silva.
03/ene/07