Extravío mesiánico

Política
1856. Andrés Castro lo tenía todo y no tenía nada. Tenía 26 años y un rifle sin balas. Tenía patriotismo y un invasor que amenazaba con matarlo. Cuando se tuvo a sí mismo y al instinto de sobrevivencia, encontró una piedra, la lanzó y se inmortalizó. Nadie sabe con exactitud qué pasó con este sargento después que tiró la piedra y derribó al filibustero en la Batalla de San Jacinto. Nadie conoce su verdadera fisonomía. Se sabe que nació y murió en Managua, que lo mató un hombre celoso, que fue pobre y dejó a dos hijas. De él sólo ...