¡Madrid, qué pegada!

Deportes
ESPAÑA / EL PAÍS No hay rastro de aquel Real Madrid de anteayer, el de Capello, Schuster o Juande, lo mismo da, que se dejaba arrastrar por el adversario de turno para luego navegar a la contra, con espacios. Por lo ratificado en Zúrich y deslizado en Cornellà, este equipo es autoritario. Le gusta el mando, juega con una decisión que se le desconocía y se busca las rendijas al tiempo que asfixia al adversario. En tierras suizas, salvo en un momento de confusión defensiva en el segundo tramo, hizo una demostración de poderío, sin marcha atrás, siempre con la mirada ...