La institucionalización de la violencia
Opinión
La sociedad nicaragüense, a lo largo de casi toda su historia, ha tenido que venir aceptando como algo “normal y fisiológico” las luchas internas, las pugnas, las rivalidades, las guerras, las confrontaciones de la clase política partidaria, a la que se ha visto arrastrada la ciudadanía por simpatizar o apoyar el “liderazgo de los partidos y de los caudillos,” como única vía que le ha dejado establecido el sistema político en Nicaragua. Es normal que nos reconozcamos como bases, masas, correligionarios. Esto ha sido conveniente para los caudillos y partidos tradicionales, para los “líderes” que han trabajado para arraigar en ...