Aunque no tengamos prisa, ya te seguiremos, Álvaro
Opinión
La muerte desde hace tiempo no nos sorprende, sólo el inmenso dolor que confiere cuando se manifiesta: impredecible, a veces inmensurable, o bien, pasajero. Hemos criticado desde siempre el hecho de ensalzar a las personas que mueren. Generalmente, son disparos repentinos de letanías ensalzantes de sus virtudes y defectos cuando en vida, o lo más común, sobre su legado profesional, intelectual y político... y muy poco sobre el lado humano, como si el único fin y fruto de la vida se redujera a lo primero. Es decir, las personas desilustradas, sin registros inventivos o carreras radiantes, parecieran no ser importantes ...