100 historias salvajes y para siempre
Opinión
Eran unos elefantes. Siempre eran unos elefantes. No sé de dónde se los sacaba mi madre, pero aparecían cuando todo estaba perdido y acudían al rescate de un barco varado en un río de aguas poco profundas en medio del África. Entonces los marineros podían continuar el rumbo. A lo lejos los elefantes los saludaban con la trompa levantada. Ese cuento era el que yo le pedía una y otra vez a mi madre, cuando de chico me entraba la fiebre. Mucho tiempo después, ella me confesó que no era un cuento de nadie, sino más bien espontáneo, hecho de ...