Limosneros y con garrote
Opinión
Arriesgar a todo un pueblo por juegos peligrosos en las relaciones internacionales con otros países es una locura política evidente. Nicaragua, lo queramos o no, es todavía y por mucho tiempo, un país que depende en gran medida de la ayuda internacional, aquella que aportada con el esfuerzo de muchos pueblos hermanos llegan a satisfacer muchas carencias de nuestros paisanos. La cooperación internacional debe ser, sin embargo, incondicional en muchos aspectos de soberanía, pero no aquella soberanía absoluta en la que nadie ni nada podía contradecir las decisiones de los gobiernos; en la actualidad esa soberanía está condicionada por un ...