Las quejas como regalo
Opinión
Durante un seminario sobre medición de la calidad del servicio, estaba abordando el papel del buzón de quejas y una joven muy orgullosa de su institución (pública) expresó que estaban bien ya que nunca recibían quejas, que el buzón permanecía vacío. Inmediatamente en el auditorio se escuchó un susurro que lindaba entre la extrañeza y la reprobación, mientras una participante rápida y veloz le preguntó: ¿Y no crees que el buzón está vacío porque la gente prefiere no quejarse ya que no confía en que ustedes vayan a solucionar los problemas? La joven se quedó callada, mas en el resto ...