Los 80 años de Fidel: confidencias
Opinión
Lo que voy publicar aquí va a irritar o a escandalizar a aquellos a quienes no les gusta Cuba o Fidel Castro. Eso no me preocupa. Si no ves el brillo de la estrella en la noche oscura, la culpa no es de la estrella, sino tuya. En 1985 el entonces cardenal Joseph Ratzinger me sometió, por causa del libro “Iglesia: carisma y poder”, a un «silencio obsequioso». Acogí la sentencia, dejé de enseñar, de escribir y de hablar en público. Meses después fui sorprendido con una invitación del comandante Fidel Castro pidiéndome pasar 15 días con él en la ...