El poder, el nombre y la palabra
Opinión
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; Desde la Antigüedad, el nombre ha sido el escudo de la personalidad y para subrayarlo, el nombre propio suele acompańarse de un calificativo: Ulises es el Prudente y su mujer, Penélope, comparte el adjetivo. Monarcas diversos son inseparables del calificativo, Pepino es el Breve, Felipe el Hermoso, Carlos El Calvo o El Bienamado (Francia), el Temerario (Borgońa), el Malo (Navarra), o el Rengo (Sicilia). En la América Latina independiente, los nombres del nombre pueden ser heroicos (Bolívar, Libertador; Juárez, Benemérito), peyorativos (Leonardo Márquez, Tigre de Tacubaya, y Manuel Lozada, Tigre de Alica), definitorios (Francia, El Supremo del Paraguay) o ridículos ...
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